En una empresa que producía y vendía varias marcas de pollo en el canal tradicional (tiendas y supermercados) y canal moderno (grandes cadenas), contaban dentro de su portafolio de productos con pollo congelado y pollo refrigerado. En algunas zonas del país a los clientes no les gustaba comprar el pollo congelado porque tenían la concepción errada de que era pollo ‘viejo» y sin las propiedades de frescura y sabor de un pollo refrigerado. Los vendedores después de tanto escuchar este argumento, empezaron por creer lo mismo y de esta forma el pollo congelado no se vendía de la misma forma que el refrigerado, aunque en la compañía hacían un gran esfuerzo por impulsarlo por tener una vida útil en el mercado mucho mayor.
Ese año el Gerente de Ventas decidió hacer algo para cambiar esta errada concepción y en la celebración del día de la familia con todos los empleados, decidió enviarles a sus casas un pollo congelado y los invito a través de Zoom a cocinar en casa el pollo con un un chef que les iría indicando los pasos en línea. Los empleados no entendieron cuando el chef les dio la instrucción de tener el pollo sin descongelar a la hora de empezar a cocinar…cuanto tiempo les iba a tomar descongelarlo?, lo que nadie se espero fue que el chef les enseñara a todos a sofreir el pollo congelado y con el agua que desprendía cocinar verduras al gusto, todas las familias quedaron sorprendidas con el sabor y gusto del pollo y de la receta.
Los vendedores a partir de este momento decidieron entregar como valor agregado a sus clientes la receta del pollo congelado para enseñarles que el sabor y sus propiedades se conservaban de la misma forma.
Jhon Avila, vendedor del canal tradicional, Comercial + Bios