el gerente de la felicidad

Acercamiento – El gerente de la felicidad

Mostro es mexicano y llegó a vivir a Medellín porque José S., un joven emprendedor, propietario y gerente de una compañía de generación de contenidos online, lo adoptó cuando supo que había sido rescatado de un basurero por una amiga suya que vive en México. Según los veterinarios, Mostro debe ser un cruce de por lo menos cuatro razas de perros. Contrario a lo que por su apariencia podría pensarse, José lo llamó Mostro porque entre sus amigos, cuando alguien se destaca por algo, dicen: “eh, ese tipo es un mostro”. Desde hace dos años Mostro acompaña todos los días a la oficina a José. Los compañeros de trabajo disfrutan de la compañía peluda de Mostro, que se acomoda sobre sus piernas o bajo los escritorios cuando siente calor, o que pone su cabeza en las rodillas de la secretaria para que ella le acaricie las orejas, o que recibe entusiasmado, moviendo su cola, a los clientes que llegan a reuniones y a los mensajeros que se acercan a la puerta. También sabe cuándo apartarse y hacerse a un lado, porque José le hace una seña con las cejas que le indica que no puede estar en la reunión o en las oficinas. Mostro nunca ha molestado a nadie, ni siquiera a los clientes que no son amigables con los perros. En esos casos, antes de que pasen la puerta, como si tuviera un sexto sentido, corre y se refugia en su cojín. El ambiente de trabajo, desde que Mostro hace parte de la compañía, ha mejorado. Muchos quieren llegar a la oficina para verlo y durante el fin de semana lo extrañan y recuerdan. Su ternura, su humildad, su rara apariencia y su excelente comportamiento son temas de conversación. Además, el cariño que manifiesta por todos los de la oficina ha servido como terapia contra el estrés que generan las intensas jornadas laborales. Por ello José lo han convertido en socio de la empresa y los compañeros lo han nombrado, unánimemente, gerente de felicidad. Inclusive le han colgado de su collar la escarapela con su foto, nombre y cargo. Como todo gerente que se respete, Mostro tiene cuenta en Instagram (@mostroelcan) y más de 1.400 seguidores. Muchos de ellos son clientes, proveedores y empleados de la empresa para la cual trabaja, pero también hay entre ellos amantes de los animales y admiradores desconocidos. Su actividad en esta red social lo ha vuelto famoso y ha ayudado a divulgar los contenidos de la empresa y las ventajas de los ambientes pet friendly. Una de las seguidoras de Mostro en Instagram es una importante ejecutiva de una compañía transnacional de la cual José ha querido ser proveedor. Después de varios contactos, concretaron una cita para conocer el portafolio de servicios de la empresa de contenidos online. En la visita estarían la ejecutiva, el vicepresidente de comunicaciones de la transnacional y José. En una de sus conversaciones para acordar la reunión, la ejecutiva le dice a este último: —José, yo sé que lo que nos vas a presentar es muy importante, pero te confieso la verdad: a mí me encantaría conocer a Mostro. Lo que pasa es que en nuestra sede no permiten la entrada de mascotas. He hablado con el vicepresidente y él también quiere conocer a tu gerente de felicidad, porque a él le fascinan los animales. Inclusive tiene tres perritos adoptados… en fin, voy a tratar de lograr que podamos hacer la reunión en la sede de tu empresa. —Para nosotros estaría perfecto. Y Mostro se sentiría muy honrado— dijo José con alegría. —Por supuesto, le llevaríamos sus galletas preferidas— contestó la ejecutiva entre carcajadas. Finalmente, la visita no se pudo realizar en la sede de la empresa de contenidos online. Pero sí en las oficinas de la transnacional.

Cuando en esa visita José hizo el acercamiento al cliente, comenzó por entregar un encargo que el gerente de la felicidad les había mandado a la ejecutiva y a la vicepresidente: era una tarjeta. Tenia la foto de Mostro y en ella decia:

Margarita y Alberto: Me alegra escuchar que mis socios están reunidos con ustedes; me hubiera encantado estar en esa reunión. También sé que son mis fans. Nos tenemos que conocer porque yo también soy fan de ustedes.

Feliz día,

Mostro

Gerente de felicidad

La ejecutiva y el vicepresidente se rieron, disfrutaron cada detalle de la imagen “sonriente” del perrito y le prometieron a José que la próxima vez irían a su oficina y se reunirían con Mostro. Pero lo más importante, le dijeron que querían en sus comunicaciones contenidos que tuvieran tanto sentido e impacto como los que publicaba Mostro en su red social. Desde entonces, la transnacional es cliente fiel y permanente de la empresa de José…y, claro, de la empresa de Mostro.

Tomado del Libro Entrenamiento para Vendedores, Gabriel Jaime Soto

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